Con las Islas de Corcho Natural se potencian las superficies florales biodiversas para asegurar fuentes de polen y néctar para las especies polinizadoras aprovechando las láminas de agua interiores existentes tanto naturales como artificiales, reforzando así la conectividad de los márgenes y riveras, al instalar estas islas como infraestructuras verdes que además cumplirían papel de restaurar paisaje, fitodepurar el agua incrementando su calidad, y retirando contaminantes del agua que repercutirían en calidad de los suelos circundantes, reduciendo la evaporación (elemento determinante en un contexto de CC), promoviendo la biodiversidad (polinizadores silvestres, aves, anfibios, crustáceos etc.), debido a que aseguran un largo periodo de floración, sirven de refugio en bebederos o balsas de riego agrícolas, y son un punto de bioseguridad con impacto en la reducción de estrés térmico. 

Se pretende prestar atención a los polinizadores silvestres solitarios, no sólo a los sociales, porque aportan muchos beneficios no tan reconocidos. El 75% de abejas anidan en suelo y son solitarias, en Península ibérica hay más de 1000 especies distintas. Hay vínculo directo de necesidades biológicas de abejas y suelo.